A finales de los años 90, los Backstreet Boys desataban una euforia en Chile sólo comparable a la que provocan hoy fenómenos como los de Justin Bieber o alguna estrella Disney. Por esa época, ver al rubio más popular de la ‘boyband’ a sólo unos metros en un Teatro Caupolicán a la mitad de su capacidad parecía imposible para las entonces fanáticas adolescentes. Sin embargo, el tiempo pasa (casi quince años ya) y parte de esas mismas seguidoras que hoy promediaban los 25 años, llegaron al recinto de San Diego para presenciar el show solista de Nick Carter quien, en una hora y veinte minutos, presentó canciones pertenecientes a sus dos álbumes editados y algo del repertorio de la banda que lo ha hecho famoso. A diferencia de los dos conciertos que BSB ha realizado en Chile en el 2009 y 2011, la fecha de Carter en Santiago no convocó un Movistar Arena repleto como ocurrió en ambas visitas (cerca de 15 mil personas cada una), sino que se trasladó a un Caupolicán que sólo habilitó el sector de cancha y palco (poco más del mil personas). Así, el perfil que definía al público presente se dividía entre leales seguidoras del menor de los Backstreet Boys (hoy tiene 32 años) que conocían de memoria las canciones de su etapa solista y que se ubicaron en las primeras filas del recinto. El resto, eran fans del quinteto estadounidense que lo indicaban a él como integrante favorito; razón suficiente para ir a cantar, mirarlo y sacarle fotos a una distancia privilegiada. El show compuesto por quince canciones comenzó con el cantante tocando su guitarra eléctrica y mostrando temas pertenecientes a un estilo pop-rock con el que incluso se permitió hacer mezclas con temas de The Killers y más adelante, U2 (“Somebody told me” y “With or without you” respectivamente). No obstante, el “modus operandi” de galán de grupo de chicos fue sin duda la carta en la que evidenció mayor manejo y aceptación. En una movida clásica, conocida y no por eso menos efectiva, el cantante pidió la colaboración de una fanática que lo acompañara en la interpretación del tema “Special”; situación que provocó el griterío más fuerte de la jornada y que le revivió a varias el espíritu adolescente (“¡Fea, fea!”, osó gritarle a la elegida un parcito) Y aunque era el momento para lucirse solo, algunos de los temas que popularizó junto a sus compañeros Brian, A.J., Howie y el reincorporado Kevin, también dijeron “presente” en el concierto. La balada “Incomplete” y versiones “actualizadas” de “Larger tan life” y “I want it that way” retumbaron en el teatro convirtiéndose, inevitablemente, en las más coreadas de la noche. La visita de Nick Carter a Santiago se conviertió así en la cuarta presencia de los Backstreet Boys en Chile durante los últimos tres años (Howie Dorough teloneó a Britney Spears el año pasado), lo cual confirma un nexo evidente entre el grupo y la fanaticada nacional; tan leal y sedienta por la nostalgia de las décadas pasadas a la vez. Y, si bien, su concierto poco tuvo que ver con lo que se conoce como “pop actual” distinguido por la parafernalia, rebeldía y frescura de nombres como Lady Gaga o el mismo Bieber, vale consignar que no se trató de una figura decadente como corren el riesgo de verse muchas figuras “del recuerdo”. Carter encantó con la misma voz y movimientos con los que se hizo conocido, dándose el lujo además de plantarse en el escenario con su banda de cuatro músicos y dejando más que contentas a las espectadoras que hasta lo convirtieron en Trending Topic de Twitter tras su show.